¿Qué es “PieEnPared”?
PieEnPared es una asociación dedicada a la observación y estudio de las luchas que definen a la nueva izquierda occidental. Nos proponemos la refutación de sus contravalores en la medida en que resulten incompatibles con la libertad, así como la producción y difusión de alternativas respetuosas con los principios fundacionales de la democracia liberal.
¿Por qué la hegemonía cultural de la nueva izquierda pone en riesgo nuestras libertades?
Porque impone a la compleja sociedad occidental un nuevo y simplicísimo catecismo en el que lo emotivo prevalece sobre lo racional, al tiempo que se cancela a los discrepantes, impidiendo la crítica y el debate de ideas. Mientras, se van liquidando o desvirtuando las instituciones que propician la convivencia, fomentándose el antagonismo crónico e imponiéndose la coacción social y la espiral del silencio.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Siguiendo la visión gramsciana, la izquierda no ha dejado de perseguir en el último siglo la hegemonía sobre el imaginario, instalándose eficazmente en medios de comunicación, universidades, editoriales, mundo del teatro o de la música, y cualesquiera núcleos de creación de contenidos culturales.
Ya en la etapa posmarxista, se han apropiado sistemáticamente de causas por lo general identitarias que, en origen, no pertenecían a la izquierda y que de forma natural no iban a decantarse necesariamente por ese espacio ideológico. Estas causas o luchas fragmentarias vienen a tomar el relevo de la ya inoperante “lucha de clases”. En este sentido, la nueva izquierda ha obtenido la hegemonía ajustándose a las teorías y líneas de actuación descritas por el filósofo argentino Ernesto Laclau (1935-2014) y su esposa Chantal Mouffe (1943-).
Por último, pero no menos importante, la derecha no solo se ha abstenido de elaborar contradiscursos eficaces; no solo se ha despreocupado del crucial combate por el imaginario, sino que ha ido asumiendo paulatinamente el discurso posmarxista. Este tradicional desprecio hacia las ideas se vio reforzado cuando a finales de los ochenta vio al comunismo soviético derrotado y dio por sentado “el fin de la historia”.